domingo, 26 de diciembre de 2010

Sabré el secreto...

Sabré el secreto de esos viejos bosques al apartarse la niebla indecisa. Algo como un faisán vendrá a mis ojos, denso de orgullo y vida, y habrá un verde en mis labios como las ramas nuevas.

Sabré el secreto de esta noche en ascuas, extinguidas las lamparas, cuando una piel de luna cubra el campo.

Sabré lo que ocultaban estas grutas cuando, bajo los árboles del alma, la red de lo visible se aparte en las pupilas y surja, al fin, el rostro del que todos mis sueños eran máscaras....

Espejo Eterno...

Cada mañana nuevamente pido, lejos de esas colinas y esa tarde, que haya un espejo eterno que nos guarde después de la ceniza y el olvido. Y busco nuevamente cada día huyendo del rumor ajeno y triste, la música severa en que me dijiste tu adiós que era promesa y que mentía. Ya se borra aquel sueño, la promesa ya nos deshace en el jardín secreto. No volverás, el ciclo está completo, hoy sé que aquí, otra vez, la vida empieza. Pero recaigo en esos cuartos, lejos, y me rasgan las manos sus espejos.

Pantanos Infectados

Déjame a mí el palacio de estos atardeceres de tormento que se parecen a mi alma, donde bestiales tropas me adoran de miedo, donde debo mirarlos como un buitre para que no me maten, donde los últimos ángeles de mi infancia se descomponen en las ciénagas tibias, donde los hombres solos, desprendidos del barco de los siglos, aprenden a ser crueles, a combatir el cielo a dentelladas, a recelar en el Amor la emboscada.

Y saldra el sol...

Poquito a poco se va llenando, no sé hasta cuando durará, aunque es más sufrir que disfrutar. Ya no es que no te entienda, lo peor de todo es que no me entiendo ni yo misma. Ya sé que cada uno sentimos distinto por eso nos hace especiales.

El desinterés, la indiferencia, la insensibilidad y el miedo están acabando conmigo. Asesinandome poco a poco... Pero mi fuerza y mi paciencia luchan a vida o muerte, aunque cada vez con menos intensidad. Ya casi no siento las mariposas y me pongo triste nada más....