domingo, 21 de junio de 2009

Tú me Matas...


La soledad se viste de noche
Y sucede una excitación allí,
donde tú apareces...
Tú me provocas entre la niebla
Aparece una mano extendida
a mi escritura.
Y luego la otra mano
que me revela a ti mismo. Entre lo insólito de la vida...

Tu silencio es un rumor, desbocándose en susurro
Visitando la morada donde hallaron el asombro de mis sueños
Porque a lo lejos el alma cruje, ruje como un temblor de tierra
Tú me matas...
No caí en tu soledad,
caí en tu cuerpo, en tu ser,
en tu sangre, en tu escritura. Descubrí tu boca cálida
y tu corazón helado.
El abismo, el viento,
los versos, la ternura,
lo finito y lo infinito. Y el aullido de la noche me despertó. Tú eres el limite, la linea que se desborda y cambia. Un abismo solitario con un color de sangre. Con un color frenético, con el color que se da la soledad. Cuando ella es nuestra aliada. Y mi sangre toca la misma música, la música más sola....

Voy...



Voy al papel como a tu boca


Me crispo y danzo entre tu Mar


Que me riega, desespera y aniquila...