Agotados bajo mínimo intentábamos andar.
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Poco a poco íbamos caminando uno tras otro. Hablando nuestro propio idioma inventado de palabras complicadas que iban directas al corazón. En nuestro personal mundo tan adverso como tan bello.
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Tú tan hostil. Y yo tan lunática.
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Felices de poseernos así en la distancia, en el desamor.
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Con todo ese encanto, magia y fascinación por volvernos a encontrar cada noche en el silencio de las palabras, donde ya nos dijimos adiós hace tiempo, cuando la lucidez y la cordura se adueñaron de mi alma, totalmente abducida por ti. Por tu manera rebuscada de decirme que pensabas en mi y de cuanto me amabas
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Y finalmente llego el día, donde desapareció nuestro mágico mundo,donde tú destruiste las palabras de nuestro idioma con tu impetuoso miedo a reconocer que puedes sentir, vivir y Amar.
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Y que es capaz de engañar a su corazón, guardándolo en un cajita para siempre.
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