No sé si oí un grito de sus labios o de su corazón
Me arrastró y me estrechó contra su cuerpo
Al ricón más oscuro para ver mejor mi alma
Y allí mirándome hasta no verme,
clavó sus labios sobre los míos
como si fuera el oído de mi corazón...
Entre las dos bocas juntas rasgaron el cielo
Aliviando los labios de todas heridas que abrió el Amor
Sentí su sangre correr sobre mí carne
Sentí una inmensa alma dolorosa
sobre mi alma devorante
Nunca sabré decir, lo que yo vi en sus ojos
ni lo que el vio en los mios
Y yo en éxtasis como flor nocturna
allá en la sombra, late
una vida dulcemente para ti.
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